
No sé si ya lo tendría planeado o fue algo impulsivo de lo que luego se tuvo que lamentar, pero lo cierto es que la cantante quemó el piano, pero siguió tocando mientras el instrumento ardía como el infierno mismo.
Este acto un tanto exagerado, fue luego de que sus bailarines le entregaran en el mismo escenario, unas placas que conmemoraban el número de ventas de discos y de singles vendidos.
En fin, creo que a Lady se le están acabando las ideas para sorprender a sus pequeños monstruos, porque eso de quemar el piano es bastante descabellado. Quizás la próxima vez la veamos prenderse fuego a su propio pelo.
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