No se sabe con el dinero de quién, pero Lindsay Lohan finalmente logró ir a Cannes. Llegó temprano, diría que por primera vez, y fue admitida en una lujosa fiesta en un yate. Sin embargo, no le podían salir tan bien las cosas: apenas entró volvió a sufrir una de esas bochornosas caídas tan características de ella, por supuesto, frente a un séquito de paparazzis.Lilo debe ser la celebridad con mayor propensión a las caídas que conozco, aunque no puedo determinar si se debe a que es distraída y un tanto torpe o, más bien, al grado de alcohol que lleva en su cuerpo cada vez que sufre un traspié.
De todas maneras, me parece que en el momento de la gran caída todavía estaba sobria y bien acompañada. Sí, chicos y chicas, Lindsay Lohan estaba con un “amigo misterioso” del que no sabemos mucho por el momento, pero ya algo se sabrá.
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