También os digo que las declaraciones al respecto de este tema, que hasta ahora no habían salido a la luz, vienen de su ex manager de la gira “Telephone”, David Ciemny (que si es ex, será por algo), y un escritor, Maureen Callahan, el cual ha publicado “Poker Face: The Rise and Rise of Lady GaGa” (mira tú que ingenioso…) que no le profesa mucha simpatía. Así que ya imaginaréis que hay que coger todo con pinzas que con tal de sacarse una perrillas, la gente dice y habla de todo lo que le pidan.
Según el propio David, Lady Gaga llegó a dejar de comer durante semanas con tal de encajar en uno de sus excéntricos trajes.
“Cuando digo que estaba enferma, me refiero físicamente y mentalmente”
Según parece llegó a perder hasta 20 kilos entre prueba y prueba y esto se debía no solo a la presión que me metían para mantener la línea y de esta forma poder seguir con el espectáculo, sino además porque como muchas veces tenía que salir al escenario desnuda o semidesnuda, no se le podía ver ni un ápice de grasa ¡Por Dios, que ocurrencias!
Y no sé quien es peor, si sus representantes por aconsejarle semejantes barbaridades, o Lady Gaga, que con todo lo que presume de personalidad y poder de decisión, al final acaba por ceder a las exigencias comerciales de 4 gatos para así ajustarse a los cánones de belleza, siendo consciente de que todo este show podía llevarle a los hospitales, como ya le ha pasado otras veces (en concreto otras 6 más). Lo dicho, por menos kilogramos, más millones a la saca.
Si al final todos acabamos comiendo de la misma mesa, da igual que con cuchara o con las manos, la misma mesa.
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